lunes, 23 de noviembre de 2015

Entre Geisers, rock alternivo, epopeyas y volcanes: Islandia

Los primeros registros de producción musical son del año 1000. En la actualidad, son conocidos a nivel internacional la cantante Björk y los grupos Sigur RósMúmOf Monsters and Men y Seabear.
Las fabulas, hechicerías, las leyendas, todas combinadas con la música.folk-Pop atlternativa y ese toque de distinción que las auroras boreales colorean en los cielos árticos. 
Esos sonidos al cielo, entre hielo y golfos; gnomos; y ese espacio delizado entre las profundas y delicadas voces de sus artistas, calman, serenas e ipnotizan al que queda atrapado en su sonido sorround.
La combianción alternativa de la bella Björk y sus cláscicos y las magia en el aire de Múm, la fineza de Sigur Rós y Seabar moldean un rock perfecto con varias segmentos de folk -pop son la combinación perfecta de siglos de música escandinava, influencias del rock, de la sinfonia vikinga. La de los elfos, la de los nativos, esas de los bosques, de los hechiceros y de los cuentos que nunca terminarán.
Algunas bandas nacionales más incluidos los propios Dead Skeletons, algún otro troll en su itinerario para el PS13), aunque quizá su sonido ya se encuentre más cerca del abrazaballenismo, como Amiina  formado por antiguos colaboradores de Sígur Rós, el cantautor Snorri Helgason o las niñas bonitas de la crítica musical del país el año pasado, Hjaltalín. Valgan estos nombres como meros ejemplos de un pequeño país extraordinariamente prolífico en lo musical, donde el hecho de que un chaval toque en una banda no es en absoluto infrecuente y eso se acaba traduciendo en una escena tan rica
Las primeras referencias musicales de Islandia datan del año 1000, tras la cristianización de la isla. La antigua Edda era interpretada en un recitativo popular. Los sacerdotes católicos introdujeron la interpretación artística de los cantos eclesiásticos, y después de 1550 se practicó el canto coral protestante. Es característica la ejecución de un núcleo melódico coral con melismática parafraseada, constituido por canciones infantiles y la llamada danza narrativa, así como por poemas heroicos y grandes epopeyas, estas últimas interpretadas por cantantes épicos, que en invierno se desplazaban de una corte a otra.
Es un hecho destacable la práctica organal (quintas paralelas), hoy en trance de extinción. Este arte armónico sólo lo practicaban los hombres y es el único ejemplo de polifoníaislandesa. Los instrumentos folclóricos eran el langspil, provista de trastes (semejante a la cítara de arco langeleik noruega), y la fídula, ambos frotados con arco.